Uno de los aspectos más importantes del divorcio es la separación de los hijos del hogar. “La mayoría de matrimonios que se separan después de 20 años o más juntos es porque esperaron a que sus hijos fueran mayores”, señala Margarita Montes, psicóloga del Centro de Psicología Álava Reyes de Madrid.
En estos casos, cuando los niños son mayores, explica Montes, pueden haber pasado dos cosas. La primera es que la pareja se dio cuenta de que cuando sus hijos se fueron de casa, la relación no funcionó, que la pareja sola, sin el cuidado y educación de sus hijos, cayó por su propio peso. Y una segunda es que la pareja esperó a separarse cuando los niños fueran mayores porque preferían que sus hijos, cuando eran pequeños, vivieran juntos en casa con su padre y su madre. Pero esto es un error, dice Montes: “La pareja que vive bajo el mismo techo que sus hijos, si quieren separarse, no sirve de nada. Porque no son dos personas que transmitan amor y confianza. La tensión subyacente en la pareja afecta mucho a los hijos.
La ayuda de la terapia psicológica después de una ruptura
En la terapia psicológica, es una de las causas más comunes de solicitud, porque pasar por esta situación no es fácil y muchas veces nos quedamos estancados en el camino y quedar atascado en la tristeza y en la obsesión. Por eso voy a intentar daros unas pautas generales para poder afrontar todo esto de la mejor manera posible e intentar superarlo de forma sana y adaptativa.
- Llora, llora y vuelve a llorar: desahoga, grita, suelta el dolor, compártelo con los demás hasta que no tengas más lágrimas que aguantar. Una ruptura es un proceso de duelo, por lo que hay que pasar por varias etapas. El llanto le ayudará a pasar a los siguientes pasos.
- Escribe: Te puede ayudar a ver las cosas con más objetividad, estructurar y no olvidar las cosas, sean buenas o malas.
- Mantente ocupado: pensar en lo que pasó está bien, pero no dejes que te persiga. Haz cosas, sal con gente, trabaja, practica deportes, trata de mantener tu mente ocupada.
- Piensa en positivo: pues sí, estar así es doloroso y duele mucho, pero trata de ser positivo. Aprendes de todo lo que está mal y con el tiempo incluso te das cuenta de que romper la relación fue lo mejor. No te preocupes, te volverás a enamorar. En esta vida todo pasa y las cosas mejorarán.
- Sé racional: claro, hubo cosas buenas, pero si se acabó es porque las cosas malas pesaron más. No olvides lo malo, por eso lo dejaste.
- No te castigues ni te culpes: solo te hace sentir peor. Elimina esos «qué pasaría si» de tu vocabulario. No puedes dar marcha atrás, lo que pasó, pasó y por más que luches, las cosas no cambiarán. Actuaste de esa manera porque siempre creíste que era lo mejor, así que mira hacia adelante y sigue con tu vida.
- Piensa por ti mismo: es hora de ser egoísta. Olvídate del otro y de si lo está pasando mal o no. Ahora es el momento de preocuparse por uno mismo.
- En momentos de crisis, no tomes decisiones importantes: estás confundido y no tienes las ideas claras. Ya hay demasiados cambios para hacer más de lo necesario. Ahora mismo estás en una nube y es mejor no tomar decisiones importantes porque ahora no es el momento. Más tarde, cuando te sientas un poco mejor, tendrás tiempo para decidir con más claridad.
- Déjate ayudar: tus amigos y familiares están contigo, pídeles ayuda, déjate tratar, no los abandones. Si con el tiempo ves que no mejoras, consulta a un psicólogo, haz yoga o meditación. Si ves que no puedes hacerlo solo, no te avergüences ni te enorgullezcas, pide ayuda.
- Deja pasar el tiempo del duelo: Desafortunadamente, este proceso toma tiempo, por lo que te sentirás mal por días, semanas o meses. Tranquilo, porque necesitas tiempo para digerir todo esto. No seas impaciente.
- Continúa con tus responsabilidades y obligaciones: pero tampoco esperes. La vida continúa y no puedes dejarlo todo atrás. Sin embargo, no dejes que te abrume, sé compasivo y comprensivo contigo mismo.
- Cuídate y quiérete mucho: hazte las cosas, ve a la peluquería, cómprate algo bonito, hazte un masaje. Date un capricho y quiérete, tú eres lo más importante.
- Cierra el capítulo: La vida continúa, no es el final. En el libro de tu vida, es sólo un capítulo más. Con el tiempo, dejará de doler y se convertirá en un recuerdo más.
¿Es tan importante la causa de la ruptura de la pareja?
Por tanto, si estás pasando por esta situación, ten en cuenta estas posibles etapas y trata de ser especialmente cuidadoso en buscar certezas sobre la causa de la ruptura. La obsesión puede ser peligrosa y, cuando lo piensas, la causa probablemente no sea tan importante. Lo que importa es si la pareja quiere seguir estando contigo o no.
Cuando una pareja se separa, el «estibador» suele ser el blanco de su ira. En caso de que seas inflexible en tu decisión, este rol será más llevadero, pero si no, la ruptura se convertirá en un proceso con más desgaste.
No dejes que la tristeza te mantenga ocupado.
Antes te dije que te permitieras estar triste, pero no es que la tristeza te invada y te arrastre a un abismo de desolación. Tienes que mantenerte activo. La tristeza es a veces un poco «traición», te invita a quedarte en casa, sin disfrazarte, sin comer o comer mal, incluso a costa de cambiar tus hábitos de sueño e higiene. Seguir este camino nunca te sacará de la tristeza, sino que te sumergirá en una peligrosa espiral de autodestrucción.
Explica lo más cómoda que estés sobre cuál es la nueva situación y cómo te sientes, pero no dejes que esto monopolice la conversación: interesada en cómo están tus amigos, qué noticias interesantes hay en su vida, etc. Intenta divertirte con ellos, escucha sus chistes y ríete si te apetece.
Establece rutinas y mantén hábitos saludables
El cuidado personal siempre es vital. Y más aún, si hablamos de un momento especialmente delicado de nuestra vida.
Una de las excelentes herramientas para superar la depresión por una ruptura es respetar ciertas rutinas y hábitos de la vida diaria: comer bien, beber agua para no deshidratarse, dormir de 7 a 8 horas diarias, hacer ejercicio, hacer una actividad que te gusta (ver una película o serie, leer, patinar, ir a una exposición, pasear por un parque, jugar a un videojuego, disfrutar de tu plato favorito, escuchar música…)
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