En el yoga de la sexualidad se reúnen los beneficios de una antigua práctica oriental, el yoga, y los de un nuevo fitness occidental que propone fáciles ejercicios isométricos -contracciones estáticas sin movimiento- y otros isotónicos – contracciones dinámicas, con movimiento.
El objetivo es estimular, entrenar y reeducar los músculos de la zona pélvica y de los muslos implicados en la relación sexual y que en la vida de cada día son poco ejercitados. Además, el yoga de la sexualidad libera tensiones y relaja el abdomen. En conjunto, una serie de factores que aumentan la sensibilidad sexual y acrecientan el placer y la salud de la pareja.
Los ejercicios del yoga sexual comprenden una parte relativa a la respiración, a la meditación y al stretching. Proponen estiramientos del torso, contracciones musculares y movimientos de la pelvis. El yoga de la sexualidad se puede practicar a solas o en pareja, mejor por la mañana, al despertar o bien por la noche, antes de ir a dormir, durante al menos un cuarto de hora.
Es importante realizar estos ejercicios en ayunas: las flexiones del torso hacia delante y hacia atrás, los movimientos de la pelvis y las contracciones de los músculos del abdomen podrían resultan molestos con el estómago lleno. Por esta razón, es importante mejorar la actividad sexual entrenando el cuerpo y la mente, para aumentar la fuerza vital y alcanzar una condición de bienestar general.
También desde el punto de vista de la armonía interior, ofrece beneficios inmediatos. La práctica de este yoga extraordinario ayuda a concentrarse y a “escucharse “ en profundidad. Enseña a observar el ritmo de la respiración y a volver a descubrir las sensaciones que suscita. Permite relajarse y redescubrir el placer del cuerpo que se libera de corazas y defensas.
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