Atención a la idealización de tu relación: para saber cómo superar a tu ex, necesitas mirar objetivamente los aspectos positivos y negativos de tu relación. Cada vez que te sorprendas recordando lo maravilloso que era tu ex, trata de recordar todas las cosas que no te gustaron. Por ejemplo, lo incómodo que fue discutir sin motivo, la vez que ella decidió no decirte la verdad, o lo mal o infeliz que te sentiste en esa relación. Para superar a alguien, es importante recordar todo: lo bueno, lo malo y lo feo.
Si quieres saber cómo superar a tu ex, debes comprender que no podrás superar a tu ex por completo si no eres honesto contigo mismo. Concéntrate en reconocer tus sentimientos y no reprimirlos: si te sientes enojado, encuentra formas apropiadas de expresarlo; si te sientes triste, llora; si aún sientes amor, acéptalo. Una vez que aprendas a identificar y aceptar tus sentimientos, será más fácil para ti lidiar con el final de tu relación y podrás empezar a olvidar de verdad.
Vive el día
En lugar de pensar en el futuro, concéntrate en el aquí y ahora. Intenta hacer algo que te llene y disfrutes todos los días para que te sientas pleno y satisfecho. Ve día a día haciendo planes como desees y el futuro llegará pero no te enfoques en él porque lo importante es que hoy y mañana estés bien. De esta manera podrás olvidar el pasado y vivir el presente
Lo importante es no caer en el estrés, esto puede generar adicciones; Incluyendo desenterrar personas de tu pasado amoroso. Cuando nos sentimos abrumados, cansados ??o ansiosos, se desencadena una respuesta que los psicólogos describen como «alivio táctil», donde solo queremos recuperar ese abrazo amoroso mientras nos olvidamos de todos los problemas que trae.
¿Cómo sabes que es hora de dejarlo ir?
Son muchas las circunstancias o situaciones que nos pueden llevar a la necesidad de “soltar”.
- Romper con una pareja o un amigo
- Un cambio de trabajo.
- Cambio de estilo de vida o residencia…
- Cambio de prioridades: abandono de un proyecto que estaba sobre la mesa.
Encuéntrate a ti mismo
Durante este período de recuperación, puedes aprovechar para reflexionar sobre lo que necesitas, cómo te gustaría que fuera tu vida, qué bienestar y felicidad para ti. tú. Enfócate en sentirte cómodo contigo mismo.
Es momento de reinventarte y enfocarte en nuevas metas, retos y experiencias de vida que te hagan feliz. Además, estar juntos también significa aprender a valorarse mutuamente. Cuando internalices esto y te des cuenta de tu valor, sentirás que no es una opción perseguir a alguien que no te ama.
Quizá no todos, pero casi todos los que nos hemos adentrado en el mundo de las relaciones afectivas, sexuales y del amor nos hemos enfrentado a un «casi algo» que finalmente se convierte en algo, en un buen amigo, o simplemente en alguien con quien ni el algo ni el casi trabajado y que hay que dejar ir, de lo contrario decides irte. Si este último es tu caso, y ahora más que nunca lo tienes en mente, quizás estés atravesando un duelo sin resolver, y este artículo te puede ayudar más de lo que crees.
Más allá de etiquetas como «novio» o «pareja», según el psicólogo estadounidense John Gottman, enamorarse es el primer paso para construir una relación. Enlace. En su guía práctica para superar las adicciones, el psicólogo argentino especialista en terapia cognitiva, Walter Riso, señala que este primer paso invade mucho tu cuerpo en una experiencia muy envolvente, pero que nos lleva a nublar el juicio. Gottman señala que tenemos pocos criterios para reconocer señales de advertencia o características en la otra persona que causarán conflicto, y Riso enfatiza la idealización.
Cuando nos encontramos en una situación como «No sé lo que somos», a menudo es porque los límites de esa relación no se han hecho explícitos. por el diálogo, por lo que el aspecto característico de un vínculo amoroso «formal» o tradicional, como es el compromiso, sigue estando muy extendido. Este componente a menudo implica definir otros aspectos de la vida de uno, como el tiempo y los recursos a invertir o cómo funcionará la fidelidad, así como los límites de las circunstancias y de uno mismo; De este noviazgo surge lo que Gottman describe como la segunda fase del amor, donde tienen lugar la mayor parte de los cotilleos y los malos ratos, fundamental en el proceso de desidealización propio de la fase que Riso llamaría amor maduro.
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