Para que la repentina pasión no se extinga deprisa y evolucione en un amor duradero, tiene que pasar por varias pruebas y profundos cambios internos. Debes tener en cuenta que mientras vives la pasión, niegas los defectos de él, en lugar de reconocer a tu pareja tal y como es, y no cómo tú quieres que sea.
En cambio; cuando reconoces y aceptas sus puntos débiles, vives el amor verdadero. Esto sólo es posible cuando tú misma te aceptas y te quieres tal y como eres, en vez de intentar complementarte con él. La pasión te hace vanidosa y el amor te vuelve sencilla.
Y es que la pasión es fugaz y el amor se trabaja cada día. Además, la pasión excluye todo lo que no es fogosidad, mientras que el amor incluye todo lo que enriquece a los miembros de la pareja.
Hay que tener encuenta que las mujeres son emocionalmente dependientes y son propensas a encadenar una relación con otra para no sentirse solas. A la primera mirada que cruzan con un hombre, caen víctimas del flechazo.
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