Para poder olvidar a tu ex, es fundamental que rompas el contacto con él, esencialmente, para romper esos lazos de dependencia emocional que siempre se crean en las relaciones. Si aún lo amas, de nada te servirá verlo bien y feliz cuando te sientes mal; luego bórralo de WhatsApp y redes sociales, al menos por un tiempo para aprender a prescindir de él.
Para poder volver a sentirte bien contigo mismo, nada mejor que empezar a cuidarte, mimarte, renovarte, hacerte un masaje y dedicarte tiempo. Es importante que, ahora, todo el amor que sientes, te lo des a ti mismo.
¿Qué me dirá el psicólogo o cómo me puede ayudar?
Fernández y Rodríguez coinciden en que la gente no debe asumir que «un clavo saca a otro».
Según los especialistas, usar este método para superar rápidamente una ruptura podría crear dependencia de esta nueva persona.
Cuando nos damos una orden negativa, por ejemplo: «no pienses en él», nuestro cerebro se comporta como si no entendiera el «no», por lo que terminamos haciendo/pensando lo que evitamos. .
El problema es que tendemos a darnos constantemente estas instrucciones negativas y paralizantes. Estos son algunos ejemplos cotidianos:
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- No te estreses
- No comas chocolate
- No te pongas nervioso
- No tartamudees
- No pienses en ella/él.
- etc
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Cuando sientas ira, recupérate: solo el odio te aliviará sin más dolor
Drena la ira y la frustración, esto es una genialidad. De hecho, también hay que superar una depresión por amor. Sentir disgusto o rechazo por parte de tu ex es completamente normal. Pero esto no debe confundirse con estar enredado en un odio visceral, a menudo alimentado por un seguimiento obsesivo de su actividad en las redes sociales (por tomar un ejemplo muy común).
No dejes que el odio te domine: solo te hará sufrir y no te ayudará a superar el duelo.
No se puede cambiar a la gente
La semana pasada un colega psiquiatra dijo que llevó a su hijo al psicólogo hace un tiempo y le fue muy bien. Dijo que cuando le preguntó a su hijo qué le dijo la psicóloga durante la consulta, él respondió: “Como tú, papá”. Sin embargo, el psicólogo fue útil y mi amigo no. ¿Porque? Porque no somos ideas etéreas susceptibles de ser transmitidas en el puro vacío de la razón. Realizamos funciones en la vida de los demás que tienen que ver con el papel que desempeñamos en ellos. Por lo tanto, es muy, muy poco probable que cambies a tus amigos, y es aún más improbable que cambies a tu ex.
Por decirlo así: soy psicóloga. Mis pacientes vienen a mí porque, en teoría, quieren cambiar. Pasaron por un proceso más o menos complejo hasta que decidieron que tenían un problema. Lo más probable es que hayan intentado sus propias soluciones y hayan fallado, y ahora están llegando a reconocer que no pueden manejar sus vidas. No me pagan directamente, pero en el futuro probablemente lo harán. Se sientan frente a mí, escuchan atentamente y activamente me piden consejo.
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