Todas hemos sufrido celos alguna vez. A veces han sido celos justificados y otras veces celos infundados por nuestra misma inseguridad. Aún así, sabemos el dolor y angustia que causa esa sensación de ser traicionado y que nos nubla la razón.
Entonces, en una relación amorosa, si uno de los dos miembros de la pareja sufre de celos, esta puede deteriorarse porque en la mayoría de los casos no hay motivos y sólo se genera tensión. Algunos especialistas aseguran que en el matrimonio, los celos pueden llegar a ser útiles, porque actúan como un generador de energía en la pareja.
Desde este punto de vista, cada uno se llegaría a esforzar para mantener encendida la llama del amor. De esta forma, pueden tomarse como una reacción de alerta ante un bajón amoroso de cualquier miembro de la pareja. Así, los celos serán saludables y constructivos.
Pero una desconfianza excesiva puede hacer que fracase un matrimonio. En toda dificultad de encontrar el término medio, en este caso, las reglas y los límites deben establecerse por ambas partes. Generalmente, los celos son la consecuencia de una falta de confianza en uno mismo y también desconfianza hacia la pareja.
El inconveniente es que los celos arrastran otras situaciones que van degenerando en un distanciamiento total en la pareja. A veces sentimos celos por una situación dada en la que no hay consecuencias ni intención de dañarnos; luego de eso, podemos aceptar que nos dejamos llevar y la relación aparentemente se normaliza.
Esta actitud no es sana en lo absoluto, ya que crea un estado permanente de estrés y angustia que hace que se vea la vida a través de un cristal oscuro y se perciba sólo lo negativo. Y no sólo sufre la persona celosa, sino los que conviven cerca de ella.
Lo importante es que ambos en la pareja se vayan conociendo y hagan sentir segura a su pareja. amor para apoyar a la pareja celosa. Recuerde que los celos son solo una actitud o una manifestación de otra circunstancia que con amor y dedicación se pueden evitar y salvar una relación.
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