«Mucho más que intereses, es el orgullo lo que nos divide», Auguste Comte
El orgullo es un soldado siempre dispuesto a defender su posición. Ante cualquier amenaza, está listo para atacar sin demora. No hace caso a excusas ni explicaciones, simplemente sale por puro instinto de supervivencia. A menudo está demasiado ocupado protegiendo sus intereses como para tomarse un segundo para cuestionar su misión. Cuando es desafiado o herido, se compromete aún más con su guerra particular. Por mucho dolor de cabeza que le dé la pelea, no se rinde. No sé qué hacer. Y así permanece en su lugar, impenitente, despiadado… e ignorante. Resulta ser un inquilino curioso. Afecta nuestras emociones y nuestras decisiones. También tiene el poder de determinar el desarrollo de nuestras relaciones.
Te da tu espacio
Si quiere que estéis siempre juntos y no le importa conocer a otras personas, ¡alerta roja! Si se enfada cada vez que quieres hacer algo con tu familia, ¡alerta roja de nuevo! Una práctica bastante común en las relaciones tóxicas es que la otra persona intente aislarte y separarte de tu entorno para que sientas que solo puedes contar con él o ella. Es bueno tener espacios individuales, así como espacios compartidos. Espacios donde interactúas con otras personas, practicas tus hobbies o pasas tiempo a solas. La persona que te ama debe entender que la única manera de desarrollar positivamente la relación es que ambos crezcan individualmente.
Círculo de Desarrollo (Tristeza)
Aquí podemos ubicar al otro cuando además de darte seguridad te lleva a aprender porque aporta algo. No resta, siempre suma, por eso te hace progresar y progresar. No pierde el tiempo. Entre los dos hay honestidad y sensibilidad. La comunicación es fluida y gratificante. Hay claridad y empatía. Tu pareja sabe escucharte y llorar contigo si es necesario. Te sientes comprendido. Para detectar que hay un contento pleno, la emoción que está conectada y que nos ayudará será la tristeza. Eso no quiere decir que nunca se escuche, pero si hay un exceso, significa que realmente no hay el progreso que queremos.
Además de lo anterior, esto incluiría a la persona con la que sientes que tienes una relación igualitaria, que es justa e imparcial contigo. Aporta vitalidad, energía, movimiento y ánimo. No te manipula ni miente ni te engaña. No tiene ninguna intención de maltratarte, usarte o someterte. Que sea una relación sana, genuina, despreocupada y natural. El miedo y la tristeza gestionados, para gestionar este círculo, lo haremos desde el estado neutro y óptimo de la ira, desde su carácter positivo. Cuando alguien nos ataca, nos miente o trata de lastimarnos, detenemos el ataque con esa emoción, de manera tranquila, sin tener que entrar en una discusión. Es la emoción la que restablece el equilibrio y asegura la equidad. Pues este círculo nos ayuda a ver si el otro está intentando hacernos daño o si hay un marcado desequilibrio.
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