Tomado de www.nytimes.com
En nuestra sociedad, tenemos muchos patrones y estrategias diferentes para superar una ruptura. Entendemos que la conexión emocional que hacemos con una pareja romántica es profunda, y lo que sentimos en la ruptura es universalmente reconocido. Por ello, recibimos toda una serie de reacciones compasivas intentando superar este trance emocional. Pero, ¿qué sucede cuando lo que estamos a punto de perder es uno de nuestros mejores amigos? Si bien esto puede ser igual de importante, existe una tendencia hacia la consideración social de un «vínculo desechable» y uno puede incluso sentir cierta incredulidad por parte de los demás si no acepta rápidamente la ruptura. amigo puede ser muy complicado, entre otras cosas, por la dificultad de no encontrar apoyo ante una pérdida que no todos pueden considerar traumática.
Compartimos nuestro dolor, no estamos solos
Es muy importante que en estos momentos difíciles seamos conscientes de que nuestras respuestas emocionales son muy fuertes y que nos llevan a conclusiones, muchas veces destructivas e inapropiado. Démonos cuenta de que en las mismas circunstancias, la mayoría de nosotros hemos sentido y pensado las mismas cosas, que tenemos esto en común y que no estamos solos.
Un ejercicio que puede ser muy gratificante y reconfortante es compartir nuestros dolores unos con otros. Por ejemplo, los foros que hablan del tema están llenos de comentarios de gente que ha pasado por lo mismo y sí, empatizando y compartiendo, reducimos nuestro dolor cada día un poco más.
PENSAR EN NO PENSAR YA ES PENSAR
Cuando una persona medita y trata de despejar su mente, suele sorprenderse de que es imposible no pensar.
Buda comparó nuestra mente con un mono borracho que salta constantemente de un pensamiento a otro.
¿Qué puedo hacer para calmar mi ansiedad?
- No te aferres a algo que te duele. En este tipo de situaciones, por mucho que duela, lo mejor es soltar, soltar. Su dolor no desaparecerá de la noche a la mañana, pero se recuperará. Tu vida continúa y saldrás fortalecido de esta experiencia.
- Mantente alejado de tu celular. Vivimos en una sociedad hiperconectada a internet y las redes sociales y la facilidad de la mensajería instantánea hará que quieras hablar aún más. Ves fotos y videos de esta persona, lees mensajes anteriores y tu tristeza aumenta, pasas tiempo pensando en el mensaje perfecto, pero temes su respuesta, que puede o no estar ahí. Miras sus redes sociales y sus publicaciones. Tu cabeza sigue dando vueltas y tu ansiedad aumenta, así que es mejor que dejes el teléfono a un lado hasta que te calmes y te des cuenta de que hablar con él no te llevará a ninguna parte. Esto te pondrá aún más de mal humor, porque la conversación no será lo que esperabas o buscabas. Tome una respiración profunda y relájese. Puede probar técnicas que funcionen para usted, como la respiración de caja. En minutos, puede aliviar el estrés, calmar la ansiedad y reiniciar su cerebro.
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