Puede que la vida te haya tirado demasiadas piedras, que a veces sientas que no aguantas más y las noches se te hagan eternas dando vueltas en la cama. Sé que no es fácil, casi nunca lo es. Vivimos en una constante pendiente ascendente que pocas veces se alarga para levantarnos, pero eso no impide que tú lo hagas, que sigas avanzando a tu ritmo hacia un futuro que sabes que te hará feliz.
Deja a un lado tu ego: es hora de crecer
Especialmente durante la juventud, olvidar te hace ex puede ser una zona titánica pero no es porque sientas más ni mucho menos. Es una cuestión de ego y falta de autoconciencia. En lugar de ver la relación por lo que era y saber que terminó porque no funcionó (de tu lado o de él o de ambos), lo que ves es una relación fallida. Cuando la personalidad aún no ha madurado, no es consciente de tener que dejar ir a esa persona que no quiere estar en su vida. Aprender esto es un trabajo duro, pero cuando termine, nunca más estarás en una relación por las razones equivocadas.
¿Has idealizado a tu ex? Debes hacerte esta pregunta nada más hacerlo, porque detrás de la pérdida de una pareja y la dificultad del olvido se esconde una profunda inseguridad que muchas veces conduce a una idealización del otro. Cuando la idealización aparece en tu vida, tienes que lidiar con la situación real: recuerda que esta persona ha cometido muchos errores durante la relación (al igual que tú), piensa en cómo te comportaste con esta persona y cómo se comportó contigo (de verdad) . y reflexionar sobre cómo era exactamente su relación en la última etapa. Te sorprenderías.
La duda es parte del proceso
Y si te digo que lo extraño, ¿no significa que quieres volver con él/ella?
Tus dudas son normales y forman parte de cualquier proceso de cambio.
PENSAR EN NO PENSAR YA ES PENSAR
Cuando una persona medita y trata de despejar su mente, suele sorprenderse de que es imposible no pensar.
Buda comparó nuestra mente con un mono borracho que salta constantemente de un pensamiento a otro.
¿Hay un tiempo mínimo?
Los expertos también coinciden en que no existe un tiempo mínimo para que las cosas funcionen. Depende del deterioro de la relación y de lo que “cada miembro de la pareja tenga que compensar, para salir de desvíos emocionales, ira fría y rencor”.
En su experiencia en terapia de pareja, Sánchez explica que todo depende de los motivos de la ruptura. Hay personas que necesitan tomarse un descanso porque existe una lesión de apego, como la infidelidad o la pérdida de confianza. Otros tienen que esperar para volver a intentarlo. «Depende de la causa de la rotura y del proceso de cicatrización de la herida», dice.
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