Todos hemos experimentado una decepción amorosa que terminó en una ruptura dolorosa o traumática (en el peor de los casos). Pero no todos sabemos cómo superar una ruptura.
Efectivamente, es un acontecimiento que deja una cicatriz en nuestros corazones. Sin embargo, la forma en que lidiamos con el dolor y el desapego de nuestra (ya ex) relación es crucial en el proceso de sanación emocional. También hay ocasiones en las que tenemos que buscar ayuda profesional porque la cicatriz no está en nuestro corazón sino en nuestro cerebro.
Consejos para no hundirse (demasiado)
- Date tiempo para sanar tus heridas. No tienes que apresurar las cosas, y mucho menos cuando los sentimientos están en juego. Claro, tendrás días malos y días buenos, pero solo el tiempo puede ayudarte a ser quien eras.
- No te refugies en las drogas. Mucha gente busca una vía de escape fácil, y es muy tentador escapar durante unas horas consumiendo sustancias realmente dañinas para nuestro organismo. De hecho, algunos depresores como el alcohol pueden empeorar su condición, por lo que no se recomienda.
- Expresa lo que sientes. Reprimir tus sentimientos nunca está bien, pero ahora están de pie y probablemente quieras hablar con alguien para explicarle lo que te pasa. No creas que es un signo de debilidad, pero es una ventaja estar rodeado de personas que se preocupan por ti.
- No lo pienses más. Tratar de recuperar a la otra persona puede parecer factible en tu cabeza, pero en la mayoría de los casos la ruptura es irreversible y no tiene sentido esperar una eventual reconciliación. Da vuelta la página, mira hacia adelante
Quédate con tu gente.
Explícale lo más cómodo que estés sobre cuál es la nueva situación y cómo te sientes, pero no dejes que esto monopolice la conversación: interesado en cómo están tus amigos, qué noticias interesantes hay en su vida, etc. Intenta divertirte con ellos, escucha sus chistes y ríete si te apetece.
Este no es el momento de endiosarlo o recordar solo los mejores momentos pasados ??con él. Se trata de ser honesto y comprender que si fui yo o la otra persona la que terminó la relación, estaba fallando, algo andaba mal o podría ser una relación tóxica. Es más justo que aplastarte a ti mismo o a tu pareja, sin pensar que eres bueno.
Fase aguda
Es la fase en la que aparecen las emociones negativas. Es el más intenso y donde aflora todo nuestro dolor. Sentimos ira y rabia entre nosotros y con nosotros mismos, porque no aceptamos que así es como resultaron las cosas. Nos sentimos tristes, decepcionados y sin esperanza acerca de nuestro futuro. También puede surgir el resentimiento y la culpa (por algo “hice mal y por eso me dejó”, o “por dejarlo sabiendo que lo iba a pasar mal”). Es normal que sientas esto y sucederá por un tiempo, pero eventualmente pasará. Esta fase puede durar algunos meses. Dependiendo de lo que estés haciendo, se puede estirar o encoger.
En esta etapa, puedes tener síntomas muy similares a la depresión o incluso padecerla. En el siguiente enlace te explicamos qué es la depresión para que puedas identificarla: Depresión. ¿Cómo sé si lo tengo?
IRA
Este tipo particular de ira está dirigido principalmente a tu expareja y puede ser muy útil en tu recuperación, ya que te ayuda a tomar distancia emocional de tu ex. aquellos que no pueden expresar su ira retrasan el proceso de liberación: se deprimen mucho, se inmovilizan y son incapaces de poner fin a sus intensos sentimientos hacia su ex pareja.
Si bien no es saludable aferrarse a la ira o expresarla de manera agresiva, es importante aprender formas positivas de expresarla.
Deja una respuesta