A la hora de imaginar una relación, solemos verla como un camino por el que andamos y llegamos a distintos puntos. Pasamos por generar confianza, estar cómodos, tener intimidad o convivencia y tener hijos. A menudo, estos estados corresponden a etapas predeterminadas de necesidades, como matrimonio o compañero de habitación. Las partes afectivas tienden a distanciarse y, si se toman en consideración, se consideran el resultado de un primer golpe de amor a primera vista, cuando en realidad sigue el camino contrario: logro establecer cimientos que, si se consolidan, me hacen sentir el amor verdadero, sin dependencias ni ataduras enfermizas, por el otro. En los primeros momentos de una relación es fácil que todo fluya y que nos sintamos bien juntos. Es, una vez avanzada la pareja, que surgen los desacuerdos e incompatibilidades. Esto no significa que la relación tenga que terminar necesariamente, sino que ha habido un proceso que no se ha seguido de forma lineal. Dejamos cimientos importantes y corrimos a alcanzar cuanto antes el amor o la alegría. Para que una relación funcione correctamente, la pareja debe establecerse en base a una serie de círculos que deben cruzarse. Comenzamos con el círculo básico, que es la seguridad, y solo una vez establecido este círculo, pasaremos al siguiente. Así sucesivamente hasta completar. ¿Qué obstáculos hay que superar y cómo sé que lo hemos logrado?
Nos encontramos en este círculo cuando nos sentimos seguros, la relación inspira confianza, hay respeto, no hay invasión (del espacio ni del tiempo) y ni siquiera nos enfadamos. Sabes que la otra persona no te está lastimando y no tienes que ponerte a la defensiva. Su presencia produce armonía en ti. Apareces con la persona con la que sientes que hay piel. No representa ninguna amenaza. Por ello, la emoción que buscará dicha seguridad será el miedo, del cual se buscará apoyo y confianza. El miedo será el que nos advierta que realmente no hay seguridad.
Piensa qué le pudo haber pasado a tu ex antes de recuperarlo
Cuando nuestra pareja ya se ha convertido en alguien del pasado, es hora de reflexionar. No podemos dejar de pensar en qué pudo haber salido mal, cómo pasó esta situación, el motivo de su marcha… Tantas preguntas que buscan una respuesta efectiva cuando quieres recuperar a tu ex.
Para que un hechizo de amor funcione, debe haber voluntad por parte de la persona que lo solicita, y la persona sobre la que se aplicará también debe hacer su parte, aunque no lo sepa. . No vale la pena intentar un hechizo de amor si la relación ha sido tortuosa y un castigo para ambos. Volver sería una tortura mucho peor.
Relaciones exclusivas
Tu pareja no debe tener que decidir con quién sales a tomar una copa o con quién te relacionas. Una relación saludable respetará a tus amigos y familiares y fomentará tu relación con ellos si saben que te hace feliz. Si has dejado de salir con tus amigos y de interactuar con tu familia desde que entablaste esta relación, es posible que algo ande mal. Si bien es cierto que al inicio de una relación siempre se dejan de lado otras relaciones, esto no debe prolongarse en el tiempo y mucho menos deberse a la coacción del otro miembro de la pareja.
Suelen ser personas que critican con frecuencia a tus amigos y familiares, que no ven bien que estés con ellos o los llames, que te aman exclusivamente, esto no debe confundirse con paloma es más deseo de poseer .
¿Aprobado?
El ejercicio no solo se vuelve imposible de realizar, sino que termina siendo esclarecedor, ya que nos permite entender cómo funciona nuestra mente.
El problema es que tendemos a darnos constantemente estas instrucciones negativas y paralizantes. Aquí hay algunos ejemplos cotidianos:
– Pausa por un momento
En todas las discusiones, y más cuando son serias, llega un momento en que de repente levantamos la voz o decimos cosas poco constructivas que luego nos arrepentimos, en fin, entramos en un círculo vicioso de decirnos cosas negativas.
Si te tomas un descanso, puedes desconectarte de la negatividad que te está causando la discusión y pensar más racionalmente.
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