Para una mujer embarazada, vuelva a dormir boca abajo; scratch para alguien con yeso; comer sin sofocarse y percibir el sabor de los alimentos… Hay grados en este bienestar y cada persona -y casi cada situación- tiene el suyo. Para ello no existen instrucciones genéricas ni cánones válidos. Esta es una de las grandes lecciones aprendidas del premiado psiquiatra, divulgador, maestro, padre de cuatro hijos y abuelo de tres nietos, melómano, maratoniano, sevillano de nacimiento y de padre y madre cántabros, el médico, el escritor Luis Rojas Marcos. Septuagenario, todavía habla de aprender y, en esta entrevista, lo hace, habla de aprender enseñando. Sobre diferentes formas de esperanza; preguntar, antes de imponer; en las redes sociales; sobre la importancia de la religión; Esta entrevista aborda las diferencias entre Europa y Estados Unidos y también los recuerdos de su infancia en Sevilla, que parte de la lectura de su último libro: Sentirse bien aquí y ahora. Recién publicado por HarperCollins.
—La valoración subjetiva del bienestar es importante (como si le dedicáramos un capítulo en Estar bien aquí y ahora), pero ¿eso es todo? ¿Los factores externos no influyen decisivamente en el bienestar de todos? — Hablando de subjetividad, lo importante es que desde hace tiempo se nos imponen una serie de reglas: “Oye, para ser feliz tienes que ser esto, tienes que hacer esto y tener esto…”. Fue una imposición y un error. Si coges un libro sobre el bienestar de hace treinta años, lo tienen muy claro: para ser feliz hay que ser joven, tener buena salud, haber estudiado algo… Y te dan una lista, pero es la lista de autores o filósofos que deciden qué hacer para ser feliz Recién en los últimos veinte años el mundo de la salud mental y la medicina ha comenzado a darle importancia a la pregunta: «Oye, dime qué te hace feliz y empezamos». desde allí.» Yo mismo escribí un libro sobre la felicidad y solo después lo vi dando consejos de que…, mira, no. Lo que he aprendido es que hay que preguntarse qué hace feliz a todo el mundo y de esta vida o un método o lo que sea se reprograma. Este cambio, hacer preguntas, es muy importante, y prestar atención a la variedad de respuestas también es muy importante.
Las Doctrinas: “directrices” para la conducción de la política exterior estadounidense
A partir de James Monroe, todos los presidentes estadounidenses han formulado construcciones discursivas en las que han resumido –con un considerable grado de franqueza y sinceridad: algunos intereses y objetivos perseguidos por la nación que presidían; tanto para hacer frente a circunstancias temporales como para proyectar los intereses estadounidenses a largo plazo. Estas construcciones, llamadas doctrinas, han servido de guía a los sucesivos gobiernos, como recursos para dar cierta garantía de continuidad en la búsqueda de intereses; también como una advertencia al resto de los actores del sistema internacional sobre cuáles son las intenciones de los Estados Unidos respecto a determinadas áreas geográficas o incluso sobre el planteamiento de conflictos y situaciones que pudieran presentarse.Estas doctrinas no han quedado en meras declamaciones o debates académicos. Por ejemplo, la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, luego la Doctrina del Buen Vecino; plataformas que han motivado una intensa actividad estadounidense en América Latina: en forma de diplomacia bilateral, diplomacia multilateral -principalmente a través de la promoción del panamericanismo- y también intervenciones militares en numerosas ocasiones (Guerra Hispanoamericana, Haití, República Dominicana, Granada, Panamá, sólo para una breve enumeración). La llamada Doctrina Carter -expresada por James Carter en su discurso sobre el Estado de la Unión de 1980 y atribuida a Zbignew Brzezinski- colocó al Golfo Pérsico como un área prioritaria en la planificación geoestratégica estadounidense para los próximos 41 años; y su expresión no deja lugar a dudas
“Nuestra posición es absolutamente clara: un intento de una fuerza externa de tomar el control de la región del Golfo Pérsico será considerado una agresión contra los intereses vitales de Estados Unidos. , y dicha agresión será repelida por todos los medios necesarios, incluida la fuerza militar”
Deja una respuesta