Cualquiera que conozca a Ryan te dirá que era increíblemente sensible y empático incluso cuando era niño. Se dio cuenta de que casi todas las personas que conocía tenían un problema de relación cuando ella llegaba a cierta edad. Pensó que debía haber algo extraño y estaba decidido a trabajar para comprender las razones de este fenómeno en particular. Le parecía natural que solo una combinación de espiritualidad y psicología lo ayudaría a comprender profundamente el alma humana. Luego de graduarse, trabajó como consejero espiritual, donde amplió sus conocimientos y fortaleció sus habilidades. Sintiéndose lo suficientemente seguro, comenzó su propia práctica como entrenador de meditación. Su principal área de especialización son las relaciones, con un enfoque en el apoyo a las personas a través de la infidelidad, las rupturas, los divorcios y la atracción.
Ambientes donde no hay amor o «el niño no sufre porque no nos peleamos»
En este caso la pareja sigue unida pero cada uno tiene su propia vida. Muchas veces estas relaciones son así después de pasar largos periodos de conflicto. Eventualmente deciden vivir juntos más como compañeros de cuarto que como pareja. Compañeros de cuarto que no se llevan bien. Viven juntos en el mismo techo y nada más. A menudo duermen en habitaciones diferentes o pasan noches separadas. Muchas parejas creen que este tipo de hogar no dañará al niño. Creen que si no hay conflicto, no hay sufrimiento. No hay muestras de amor o cariño entre los padres, no hacen planes juntos como pareja y cuando terminan en familia se sienten incómodos, quieren que se acabe. Ve a sus padres tristes, abatidos, que no quieren estar en casa. Tratan al otro cónyuge como a un extraño. Afecta el tiempo que pasas con el pequeño. Y su calidad.
- Tristeza al ver incómodos a los padres, sentimiento de culpa, ¿qué puedo hacer para que se lleven bien? Trate de aumentar el tiempo que pasan juntos como familia. Frustración si no entiende por qué percibe que no están bien (no se tocan, no se miran, no se ríen, no comparten nada).
¿Qué nos hace manipulables?
En algunas ocasiones, exceso de empatía; en otros, los miedos que tanto condicionan nuestra vida. A veces una falta de carácter o una falta de reflexión serena que nos impide ser conscientes de la manipulación que hay de fondo y que pone límites.
A menudo, la raíz del problema es la baja autoestima. Las personas con complejo de inferioridad se comparan con los demás y creen que no tienen las mismas habilidades, que sus necesidades son menos importantes y, por lo tanto, tienden a pensar que sus deseos son casi irrelevantes, o incluso se sienten egoístas cuando intentan renunciar a sus necesidades. prioridades Todo esto hace que las personas con baja autoestima sean presa fácil del chantaje emocional.
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