Es más fácil es detectarlo, el problema es que se deteriora toda nuestra vida poco a poco, podríamos decir que es una muerte lenta, casi imperceptible no por sus efectos sino por sus causas.
Ahora bien, no existe una fórmula sencilla e infalible que pueda «curar» el estrés. Se requieren acciones diversas que permitan reducir las situaciones de sobrecarga.
Algunos huyen lejos de una situación estresante, otros pelean por cualquier cosa pequeña, cuando estos signos ocurren necesitas descansar, retirarte, relajarte. Pregúntate a ti mismo ¿cuál es la causa del estrés? ¿vale la pena realmente excitarme tanto?…la mayoría de las veces no lo vale, no debes tener miedo en tomar decisiones, hay que actuar y enfrentar el estrés.
El ejercicio habitual es especialmente útil, pues proporciona una forma de escape para la agresividad y la tensión, mejora el funcionamiento cardiovascular y genera un estado placentero de relajación después de cada práctica.
La relajación es conveniente para aliviar el estado de tensión muscular que ocurre inconscientemente durante el estrés. Los músculos, especialmente cervicales(de la nuca) y lumbares (de la cintura), se contraen en forma prolongada y generan dolor. Este dolor produce incomodidad y dificulta el desempeño de las tareas, generando más estrés.
También se aconsejan terapias de aprendizaje para el autocontrol de conductas especificas que permitan modificar el medio ambiente o para que facilite la aparición de conductas deseadas por ejemplo dejar de fumar; practicar deportes no agresivos; abstinencia de alcohol, tabaco, drogas; control mental cambiando los pensamientos negativos por positivos; entre otros.
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